La marea del papel sigue viva

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La visita del periodista Toni Martínez a los alumnos de Periodismo de la UMH sirvió para renovar las ilusiones de muchos de nosotros. El ex- corresponsal del diario Público y de Gaceta Médica en Valencia comentó, en una charla muy amena, cuáles son las claves de La Marea, nuevo proyecto de la cooperativa periodística MásPúblico, fundada por varios ex trabajadores de la edición en papel de dicho medio tras su cierre.

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Toni Martínez con el último número de La Marea

“Cambio y movimiento”. Eso es lo que en palabras del propio Martínez simboliza el nombre de “La Marea”, en un guiño hacia los movimientos sociales que tanto se suceden en la actualidad. Desde este enfoque social, con un producto para la gente y no para los políticos, quieren que su medio sea totalmente libre para poder transmitir las ideas que durante estos años defendieron en Público. Toni Martínez considera que en la actualidad “la libertad de prensa no existe”, y que esto se ve reflejado en temas como los del Rey o el «caso Nóos«. Este motivo ha sido el desencadenante de la elección del modelo de la cooperativa de trabajadores y usuarios, con un poder que reside en la asamblea, que les desvincula de intereses sociales y políticos ajenos que les puedan influenciar en su trabajo.

Una de sus señas de identidad es que nadie trabaja gratis y no aceptan colaboradores no remunerados, ya que, en palabras de Martínez, todos los periodistas tienen que cobrar por su trabajo igual que cualquier trabajador. Para su financiación y beneficios no dependen de la publicidad, para la que tienen un código ético con el que ya han tenido algún problema, sino únicamente de las ventas-suscriptores y de las aportaciones desinteresadas de mecenas.

Respecto a su edición digital, se trata de una web de noticias en la que sobretodo se dedican a promocionar su edición de papel. En este formato, el que fuera creador de El Metropolitá, considera que ya existen muchos medios asentados en el mercado y con un presupuesto a años luz del de La Marea, lo que les impediría ser una potencia del minuto a minuto: “no luchamos por el directo, ya que no tenemos recursos para ello”.

Portada Nº2 dedicada al Príncipe

Portada Nº2 dedicada al Príncipe

El principal objetivo de su edición de papel es darle un segundo enfoque a las noticias que les diferencie del resto de medios, siendo vitales los reportajes de segunda lectura y profundidad, en muchas ocasiones sin apenas fotos pero con unos gráficos muy bien conseguidos y cuidados. De momento no se plantean abarcar otros temas ajenos al puramente social como podrían ser deportes o ciencia, debido a que, según Martínez, no es la especialidad de su equipo y considera que ya hay otros medios, igual de emergentes que el suyo, que se dedican muy bien a estos otros campos. En la actualidad si quieres destacar en esto del periodismo tienes que saber muy bien cuál es tu nicho y ser de los mejores en tu campo, para hacer llegar tu producto a los que verdaderamente les interesa. Estos serán tus futuros clientes fieles.

Es digno de admirar que con la crisis que invade el periodismo y al país en general, aún existan pequeños emprendedores que confíen en el papel para sus productos. Toni Martínez, al contrario que la mayoría de la gente, piensa que el futuro sigue estando en el papel y la tinta, pero también piensa que debe experimentar algunos cambios para que el producto pueda ser rentable. Empezando por unos diseños más arrevistados y continuando con unos contenidos que nos cuenten cosas distintas a las que nos cuestan el resto de periódicos. Trabajando muy bien unos reportajes, que en su opinión han perdido terreno en favor de los artículos de opinión, en su mayoría escritos por no periodistas, que inundan las páginas de nuestra prensa. Son tiempos en los que hay que moverse tanto como las mareas y en este viaje, no podemos dejar en tierra a nuestro adorado papel.

Las Jornadas de periodismo de la UMH o cómo ensalzar el reportaje audiovisual

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Como cada año, las  VII Jornadas Internacionales de Periodismo en la UMH dejan unos cuantos temas para la reflexión de los futuros periodista. En esta edición, el tema central era el de “El reportaje televisivo”, en las que dos de los ponentes destacados fueron Gonzalo del Prado y Carlos del Amor.

    Gonzalo del Prado y Carlos del Amor en la UMH

Gonzalo del Prado y Carlos del Amor en la UMH

El primero de nuestros protagonistas es el periodista sevillano Gonzalo del Prado, reportero del Área de Cultura en los informativos de Antena 3. Su ponencia llevaba por título ‘El arte de contar historias en televisión’ y en ella el también especialista en cine, a través de sus experiencias, nos aconsejó cómo debe tratar un periodista el género. “El periodista tiene que ser como un filtro. Decidir qué es importante y qué no”, de esta manera el periodista quiso recalcar la importancia que tiene el reportero a la hora de tratar un tema. Acierta del Prado al reclamar esa independencia del profesional de la comunicación, frente a intereses comerciales que puedan tener las grandes empresas, que controlan el contenido de la mayoría de los medios actualmente.

En esta misma línea también apoyó a su compañero de gremio, el especialista en cultura en Televisión Española (TVE) y Radio Nacional de España (RNE), Carlos del Amor, que desveló el secreto para hacer un buen reportaje es: “tener una mirada propia y arriesgar ante la duda”. El periodista debe dar su sello personal a sus piezas para que el espectador identifique la esencia del reportero, con solo leerlo o escucharlo. Del Amor nos inspiró a lanzarnos -sin dudar- a la más mínima oportunidad de enseñar al público una buena historia. Resulta muy interesante ver como alguien que lleva muchos viviendo de esto del periodismo, es capaz de llenar de optimismo a unos jóvenes que vemos tan negro nuestro futuro.

También es fundamental que el comunicador siempre se muestre abierto a un gran abanico de posibilidades, es decir, que no deseche nunca ninguna opción o punto de vista, aunque sean contrarios a tus ideales y pueda llegar a modificar el enfoque inicial del reportaje. Como bien apuntó Del Prado, «Te tienes que dejar sorprender por la realidad». Es de recalcar que una persona especialista en cultura se supiera amoldar, puesto que antes también trabajó para la sección de deportes e internacional de Antena 3. Eso es precisamente el verdadero trasfondo de esta frase, que en momentos en los que es complicado encontrar un hueco en tu vocación, es importante adaptarse a cualquier perspectiva.

Para Del Prado los reportajes en informativos están recibiendo una buena aceptación por parte de los espectadores de las cadenas, en cambio, en el mismo sentido, señala que los medios no están siendo conscientes de esta tesitura y no están tratando estos contenidos como la audiencia reclama. De este modo encontramos dos posiciones totalmente separadas. Por una parte los directores de los medios que ven en el reportaje una herramienta atractiva para acaparar y atraer audiencia. Por otro lado encontramos esos consumidores que esperan en estos contenidos material que les inviten a reflexionar e incluso les puedan llegar a emocionar.

El aula magna de la UMH llena de estudiantes de periodismo

El aula magna de la UMH llena de estudiantes de periodismo

En esta misma línea, Del Amor es muy consciente de las dificultades que conlleva intentar que una de sus piezas del área de cultura entre en los informativos de Televisión Española. De esta manera coincide con González del Prado en que los intereses de la cadena prevalecen sobre lo que la audiencia podría desear encontrar en los informativos de una cadena nacional.

Del Prado tocó también un tema deontológico como es la veracidad de las informaciones. Este tema no pasa de largo en los reportajes, ya que en ocasiones y buscando la atención del espectador se peca de sensacionalismo llegando a no contar la verdad. El periodista de seestrena.com piensa que para ser periodistas hay que contar historias, pero sobre todo hay que contar la verdad. Para conseguirlo es fundamental tener: información, imágenes, creatividad y tiempo, sin olvidarse de un guión previo que te facilite qué quieres contar y cómo hacerlo.

Estos dos jóvenes, pero experimentados periodistas, son un claro ejemplo de que un estilo propio y atractivo puede lograr que las grandes cadenas nacionales apuesten por contenidos, como la cultura, que de otro modo sería imposible colocar en los informativos más importantes de la parrilla nacional. El periodista debe saber aplicar un filtro con el que decidir que merece la pena contar y que no, usando como herramienta la realidad. La apuesta por el reportaje televisivo atractivo y dinámico permite que los espectadores formen parte de la historia que se les cuenta.

Dejemos que nos lleve la marea

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El pasado mes de diciembre nació un nuevo periódico en papel. Si, ¡en papel! Aunque parezca de lo más raro y hasta suicida en estos días lanzar un proyecto así a la calle, los chicos de La Marea lo tienen claro. Se trata de la cooperativa Más Público, formada por antiguos trabajadores del diario Público, que en febrero de 2012 publicaba su última edición print. Uno de sus miembros, el periodista valenciano Toni Martínez, nos visitó para hablarnos de este llamativo e interesante proyecto.

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Toni Martínez muestra el último número de La Marea

Nuestro protagonista tiene claros los objetivos de La Marea: “hacer un periodismo libre de intereses particulares, transparente y democrático”. En esto se muestra tajante y eso es de agradecer, puesto que quedan pocos medios (por no decir ninguno) que no caen en los tentáculos de algún gran grupo empresarial, que únicamente busca beneficios y además suele tener un claro posicionamiento político. Otro de los aspectos que hacen resaltar a este proyecto es que por mucho que opinen los socios, son los periodistas los que tienen la última palabra, algo que les hace aún más diferenciadores dentro de una profesión habitualmente tratada como el último mono a la hora de tomar decisiones referentes a la ética o al contenido.

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Portada del último número de La Marea centrada en la iglesia

Hay que centrase también en el nombre de esta publicación mensual, que va ya por su cuarto número. La Marea hace referencia a esas masas o movimientos sociales, como una marea de gente que lucha por sus derechos cada vez de forma más constante. Con esto consiguen, sin duda, acercarse muchos a esos ciudadanos –cada vez más– indignados y alejarse de cualquier grupo empresarial que les controle. Como pretendía ser Público, quieren ser del pueblo.

Pero uno de sus elementos más diferenciadores y que llama mucho la atención en los tiempos que corren es que la publicidad no es la fuente principal que financia a La Marea. Son las ventas y las suscripciones. En palabras de Martínez, “los socios nos prohíben publicidad que condicione contenidos editoriales”. O lo que es lo mismo, la publicidad que aparezca en sus páginas no ha contradecir su línea editorial. Una característica más que los aleja de las garras de los grandes grupos empresariales.

Vuelvo a insistir en esa apuesta que hace La Marea por el papel, el periodismo impreso, cuando muchos incluso lo dan por muerto y enterrado. Más Público no solo apuesto por ello, sino que lo hace de forma original, con una maquetación atrevida, con mucha infografía y “reportajes de segunda lectura, en profundidad”, como defiende Toni Martínez. Y en cuanto al contenido, no trabajan la última hora y optan por centrarse en las fuentes y buscar otro enfoque aunque eso requiera perder la inmediatez y la primicia. “Para que queremos titular con una noticia si ya la conoce todo el mundo”, así defiende Martínez una labor que diferencia un poco más si cabe el trabajo de La Marea.

En definitiva, estamos ante una nueva forma de hacer periodismo, pero con los medios de toda la vida: el papel, las fuentes y sobre todo, la importancia de la labor y la ética periodística por encima de intereses empresariales o políticos. Les queda un largo camino por recorrer pero pueden llegar a hacerse un hueco y lavar un poco la imagen de esta profesión a la que queremos dedicarnos.

La Marea: Un precioso guiño a los movimientos sociales

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Resulta difícil de comprender que con todo lo que está ocurriendo en nuestro país durante los últimos meses, la prensa apenas se escandalice. El periodismo español necesita de medios de comunicación que se adapten a los tiempos que corren, que denuncien con rigor y coherencia la inmensa cantidad de injusticias que vivimos a diario. Además de esto, siempre se agradece que las apuestas que se realicen sean arriesgadas, originales, que rompan con lo diferente. En definitiva, un medio independiente que, como dice el profesor de producción periodística José Luis González pueda hablar de los desahucios sin miedo a que un banco les traten posteriormente de forma negativa.

Toni Martínez muestra el primer número de La Marea.

Toni Martínez muestra el último número de La Marea.

Gracias al periodista valenciano Toni Martínez los alumnos de periodismo pudimos descubrir  que el nuevo medio de comunicación al que pertenece es precisamente todo lo mencionado en el párrafo anterior.  La Marea es una cooperativa periodística formada por ex trabajadores del diario Público cuyo objetivo principal es según el propio Martínez “Hacer un periodismo formado por trabajadores y usuarios, un periodismo libre, transparente y democrático”. Martínez acierta al decir que medios como La Marea o Más Público son “pequeñas células que hacen la guerra por su cuenta”.

El que también fuera fundador de la revista mensual “El Metropolità”  defiende que los principios de este nuevo medio, que consta de una página web y una especie de periódico arrevistado de tirada mensual, son entre otros: “La libertad, igualdad, laicidad, defensa de lo público, economía justa, medio ambiente, memoria histórica, vivienda digna, etc.” Principios que en realidad deberían de regir en todos los periódicos, radios y televisiones de España, partiendo de que como bien dice Martínez “la libertad de prensa no existe”.

Este nuevo medio además apuesta por el papel, algo que es revitalizante. Cansados de escuchar que  la prensa escrita está muriendo, es magnífico ver como un grupo de periodistas con amplia experiencia y formación se lanzan a la piscina con este formato. No es que el papel esté llegando a su fin sino que hay que ser inteligente y aclimatarse a los tiempos. Sin ir más lejos, Toni Martínez afirma sabiendo de lo que habla, que La Marea no tiene redacción de última hora, que luego de buscar la información y contrastar las fuentes le buscan otro enfoque a las cosas, el porqué. En palabras del ponente: “Para que queremos titular con una noticia si ya la conoce todo el mundo”. En este sentido este medio se está moviendo de manera sabia. En sus hojas se puede ver algo diferente a lo demás, un tratamiento de la información especial. Un ejemplo.

Gran expectación por escuchar al periodista  valenciano.

Gran expectación por escuchar al periodista
valenciano.

Otro punto que también llama la atención y que requiere de especial mención es el uso de la publicidad. El antiguo trabajador del periódico Mini Diario y la revista Valencia 7 Días cuenta que en su periódico no aparece ni aparecerá ninguna publicidad que contradiga todos los principios básicos de éste mismo, cosa que otorga libertad e independencia de las grandes empresas, del poder político y en definitiva de las personas y empresas que tienen el poder. Los socios directamente prohíben la publicidad que puedan condicionar los contenidos editoriales. Aparte, La Marea no depende de la publicidad, “tiene un peso inferior al 15 %”, ya que es un modelo de negocio que se basa en las ventas y suscripciones.

De la conferencia que ofreció Toni Martínez se desprende que La Marea es un producto muy positivo para el periodismo. Aporta puntos de vista diferentes y necesarios para comprender todo lo que nos rodea, es innovador en diseño y contenido y tiene un fondo maravilloso tanto a nivel periodístico como a nivel social. Por si fuera poco, Martínez  y otros periodistas como él son siempre los que deciden el contenido del periódico, los socios pueden aportar pero lo que se ve en el papel y en la red es elegido, redactado y no condicionados por profesionales del sector.

Si algo bueno hemos sacado de la crisis, es que el ciudadano está más vivo que nunca. Los movimientos sociales como el 15-M son la muestra de que los jóvenes estamos cansados de que nos engañen y se rían en nuestras narices. Toni Martínez, en un gesto cargado de honestidad, asegura que el nombre de La Marea es un guiño a los movimientos sociales. Ahí está la clave, en transmitir el sentir de la población. Al fin y al cabo los medios de comunicación pertenecen al ciudadano.

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El cuentacuentos del New Republic

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La película El precio de la verdad nos muestra en primera persona el polémico caso del periodista de The New Republic, Stephen Glass. Gracias a sus brillantes artículos, Glass tuvo una progresión meteórica que le convirtió en el reportero estrella de la publicación, lo que nadie sabía en aquel entonces, es que sus aclamados artículos eran en realidad historias inventadas propias de los mejores novelistas. The New Republic es uno de los medios más influyentes del país, lo que hace aún más impresionante si cabe que tuviera un mentiroso compulsivo entre sus filas durante tanto tiempo. Por desgracia para Glass, la publicación online Forbes, y en particular su periodista Adam Penenberg, se cruzaron en su camino destapando todas las invenciones de su artículo Hacker Heaven. Dicho artículo hablaba de un hacker adolescente que había puesto en jaque a una gran compañía al haber entrado en su sistema informático, obligándoles a contratarlo como consultor de seguridad.

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Cartel de la película

El personaje de Glass es interpretado por el canadiense Hayden Christensen que en mi opinión, y sin ser santo de mi devoción, firma una buena actuación, consiguiendo que cualquier espectador que no conozca el caso confíe en todo lo que cuenta en sus historias, y a veces hasta en sus escusas, presentándonos a un prometedor periodista, querido por todos en la redacción y enamorado de su profesión. Ser testigos de cómo se desarrollaron los hechos de un acontecimiento que cambió el periodismo en los EEUU es el fin de la película. Resulta muy interesante descubrir cómo Penenberg, un desconocido periodista de la edición digital de Forbes, que se encuentra a años luz del gigante The New Republic. Sin entender cómo se le podía haber pasado un caso así, decide ponerse manos a la obra con la verificación de los datos. Es en este momento cuando Penenberg descubre que el artículo al completo es inventado y comienza la caída de Glass, que ya había sido acusado de invenciones en otros de sus trabajos, como “Spring Breakdown” (primer artículo que nos muestra la película), que no fueron a más al contar con el apoyo de su ex-director Michael Kelly.

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Cuesta mucho comprender cómo un medio de la categoría de The New Republic no verificara todos los datos y fuentes de los artículos de Glass, más aún cuando ese proceso existe y es contado por él mismo a los alumnos de su antiguo instituto en una “charla” que, por cierto, ¿es también inventada o realmente existe? El único motivo debe ser la confianza que transmite a todos sus compañeros, incluidos sus superiores, cuando narra en primera persona sus historias con todo tipo de detalles como si hubiera presenciado los hechos en primera fila. Aún así, rompe todas las leyes del periodismo publicar un artículo, sea el que sea, sin consultar ni siquiera en un buscador la veracidad de sus datos. Esto fue lo que le bastó a Penenberg para descubrir que la supuesta empresa, Jukt Micronics, no existía y a partir de ahí comenzar el desenmascaramiento de todo el artículo. Me llamó la atención en esta parte cómo en la redacción de Forbes digital discuten Pennenberg y una compañera, muy interesada en el caso, por la firma del artículo que dejará en evidencia a The New Republic Forbes Smokes out fake New Republic Story on hackers. Esto demuestra que lo que tienen entre manos es algo muy gordo e importante para un medio que buscaba ser referencia en el novedoso mundo digital. Finalmente, al descubrirse todo el pastel, Glass fue despedido y se supo que 27 de sus 41 artículos eran total o parcialmente inventados.

A continuación cito algunas de mis reflexiones:

– La importancia de las fotos para probar los artículos. Al final de la película la secretaria le da la clave al nuevo director, Charles Lane, sugiriéndole que no se puede inventar un personaje si tienes que fotografiar a todo aquel de quien escribes. Si se hubiera impuesto esa norma para todos los artículos jamás hubieran tenido el problema de Glass.

– A la hora de la verdad, por mucho que dañe a la revista, se decide trabajar a la par con Forbes para desenmascarar a Glass, demostrando que el bien del periodismo está por encima del bien personal. La escena en la que Chuck permite al director de Forbes y Penenberg que interroguen a Glass muestra con brillantez esta situación.

– En la película comprobamos lo poco que se conocía de los medios digitales por aquel entonces, ya que la página de Jukt Micronics que creó Glass para engañar a su director no engañaría en la actualidad ni a un niño de primaria. Aunque algunos medios como Forbes ya se introducían en el mundo digital, la inmensa mayoría aún miraba con recelo ese nuevo mundo.

– Con Stephen Glass descubrimos a un manipulador de primera, capaz de poner a toda una redacción de su lado hasta en los momentos más críticos y al que le afectó mucho la presión, pero no sólo la de trabajar en un medio de tanto nivel, sino también la de sus padres.

– Los directores y editores de los periódicos deben apoyar a sus periodistas, pero siempre debe haber un límite. En este caso, lo vemos claro con Michael Kelly, que confió ciegamente en un Glass que le coló multitud de artículos inventados, y con Charles Lane, capaz de irse con Glass al lugar de la convención de hackers para conocer la verdad.

Por último, comentar que, en la actualidad y por increíble que parezca, aún suceden estos casos. Uno muy parecido y que también tuvo repercusión fue el de Karen Jeffrey, periodista del diario Cape Cod Times, que inventó 69 fuentes para 34 artículos desde 1998. Estamos necesitados de una ética periodística que pare esta locura por el bien de la profesión y así evitar falsos rumores y noticias sin contrastar. Ejemplo de esto es la foto falsa de Hugo Chávez publicada recientemente en El País o el supuesto dopaje del FC Barcelona que surgió en la COPE.

Periodistas fabuladores

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El precio de la verdad es, desde ahora, otra de esas películas que habrá que guardar en la lista de fundamentales para entender un poco más esto del periodismo. En esta ocasión sobre lo que no hay que hacer.

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Cartel de El precio de la verdad

Y es que, hasta que llega la investigación de Forbes, el joven Stephen Glass jugó con todo el mundo (lectores de la revista The New Republic y directores y compañeros de redacción). Pero la publicación del artículo “Hack Heaven” -sobre un joven hacker de 15 años que entró en el sistema informático de una gran compañía y posteriormente fue contratado para trabajar como consultor de seguridad- no pasó desapercibida para el reportero de Forbes, Adam Penenberg que lo investigó. Hasta que publicó el artículo “Forbes Smokes out fake New Republic Story on hackers”, que sirvió para tirar del hilo y destapar la farsa en la que se había convertido la carrera de Glass. El redactor fue despedido en 1998 y acabó por saberse que 27 de sus 41 artículos contenían elementos ficticios o eran totalmente inventados.

«Esta clase de artículos también pueden ganar premios Pulitzer«, o “la grandeza del periodismo radicaba en descubrir el comportamiento de las personas” son algunas de las frases que me llamaron la atención en esta película, en la que llegó un punto en que me hacían bastante gracia las artimañas de Glass para inventar sus fuentes, como la de diseñar hasta una página web de una empresa inventada.

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El auténtico Stephen Glass

Sin duda el elemento más importante de la película, por si aún los periodistas o futuros periodistas no nos habíamos dado cuanta, son las FUENTES. En el periodismo tener buenas fuentes te facilita parte del trabajo. Pero, por supuesto, que esas fuentes sean ¡reales!, para que no nos pase como a Glass. Esto me lleva a otra de las partes clave de la película, cuando el director de The New Republic Chuck Lane le pide a Glass que le lleve al lugar de la supuesta convención de hackers para acabar comprobando el supuesto día de la convención, el sitio estaba cerrado.

En líneas generales, insisto en la importancia de las fuentes pero también en la labor de los medios para comprobarlas, algo que no hizo lo suficientemente bien The New Republic con los artículos de Glass. Desgraciadamente, hoy en día leemos muchos artículos con informaciones sin contrastar y eso no es solo problema del control de los redactores jefe o directores, también se echa en falta una ética periodística adecuada.

Como conclusiones me quedo con:

  1. Uso de buenas fuentes informativas. Es algo que todo periodista debe de saber más que de sobra, pero no está de más recalcarlo después de ver esta película.
  2. Ética profesional. Algo que no ha conocido el protagonista de esta historia y que es fundamental para dedicarte a esta profesión, aunque muchos periodistas actuales tampoco sepan qué es.
  3. El papel que juega Forbes. Determinante para desmontar el castillo de naipes montado por Glass.
  4. Hecho clave en el mundo del periodismo perfectamente reflejado en la película de Billy Ray, muy bien ambientado y con una interpretación aceptable por parte de Hayden Christensen (el que años más tarde sería el joven Anakin Skywalker en Star Wars).
  5. Stephen Glass sería un gran escritor. En 2003 publicó una novela, aunque biográfica, titulada “El Fabulador”.

Para acabar, otro gran debate que plantea esta historia es si el rigor y el buen periodismo van ligados a los medios tradicionales. Es cierto que con los medios digitales puede resultar algo más fácil emular a nuestro protagonista, pero no creo que deba de ser un motivo que separe el mundo print del online, que cada vez se unen más.

El rigor y la ética periodística no deben diferenciarse si escribes en un blog o en un medio online, o si lo haces para un medio impreso, son principios que están por encima de formatos. Primero está el periodismo y sus normas, y luego los tipos de medios para los que escribimos.

La necesidad de la ética en el periodismo

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El Precio de la Verdad: Dirigida por Billy Ray. Año 2003. Género: Drama / Periodismo.

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El Precio de la verdad es una película que trata sobre el caso de  Stephen Glass (interpretado por Hayden Christensen), un periodista que  se inventa la gran mayoría de reportajes (21 de 47) que pública para el medio en el que trabaja, el New Republic. El film se centra en un reportaje sobre las andanzas un hacker menor de edad, en el que además había varias empresas detrás buscando obtener beneficios con ciertas prácticas ilegales. La redacción digital de la revista “Forbes”, concretamente Adam Penenberg con los artículos “Lies, damn lies and fiction” y “Forbes Smokes out fake New Republic Story on hackers” trató de desmontar el reportaje de Glass, investigando la veracidad de todas las fuentes usadas.  La película está basada en hechos reales, y todo esto ocurrió en el año 1999.

La película se mete dentro del periodismo de manera inteligente y bastante real. Especialmente atractivo resulta la importancia que Billy Ray le da a las fuentes informativas. Si tienes buenas fuentes, tienes muchas posibilidades de redactar una buena información. De hecho, lo mejor de la película es  ver como Chuck Lane y Kambiz Foroohar (los jefes redactores de New Republic y Forbes respectivamente) contrastan la procedencia e incluso existencia de las fuentes que utilizó Glass para su reportaje “Hack Heaven”. Como se dice en la película: “Si el artículo es bueno, el proceso lo mejora”.

Este largometraje nos muestra la importancia de la ética profesional del periodista, de la que sin duda carece el protagonista de la historia.  Pero también queda patente la ausencia de ésta misma en muchos periodistas de las dos revistas. Llama la atención como varios compañeros/as de Glass le defienden ante su se jefe a sabiendas de que éste era un fraude total. En la otra cara de la moneda, los periodistas de Forbes, que dan un ejemplo de moral y ética, al esforzarse muchísimo para encontrar la verdad.

En este sentido, es también cautivador la visión de la película sobre la autorregulación. Se nos muestra que todos los artículos pasan por muchas manos antes de ser publicado, pero es evidente que es un proceso insuficiente. Los medios de comunicación deben tener un gran control sobre lo que publican sus periodistas. A falta de una legislación más eficaz, debe ser el propio periodista el que tenga la capacidad moral de informar como es debido.

Quizás el film podría haber mostrado más en profundidad el ritmo frenético de las redacciones periodísticas. Aunque es fantástico el momento en el que el redactor jefe  del New Republic se reúne con varios de sus periodistas para escuchar todas las informaciones posibles a publicar.

 

5 conclusiones sobre el caso:

–       Es necesario y fundamental la búsqueda de la verdad. Si se falsea la información no existe el periodismo. Esto ocurre porque hay periodistas que lo único que buscan es fama, o sacar el trabajo adelante como sea, sin ningún tipo de rigor ni precisión. No existe una práctica peor para el periodismo.

–       El Trabajo que realizó Forbes es un ejemplo a seguir. El periodismo no sólo se trata de dar informaciones propias al público. Hay ocasiones en las que también es necesario desmentir noticias de otros medios (siempre que haya una fundamentación). Esta profesión trata precisamente de esto, de mostrarle a la gente la realidad. Los periodistas no pueden permitir este tipo de engaños y es clave que se hagan investigaciones de este tipo. Adam Penenberg es un modelo referencial fantástico para los futuros periodistas. Cabe recordar que la edición digital de Forbes sólo llevaba un año activa, por lo que este descubrimiento es poco menos que un hito.

–       La película te hace plantearse la facilidad con la que se puede falsear la información. Y no sólo eso, sino que a través de estas mentiras un periodista puede obtener una reputación buenísima. ¿Quién sabe si lo que leemos es verdad o mentira? Confío en la buena fe de los periodistas, pero si ha habido casos como este, porqué no podrían repetirse.

–       Los directores, jefes redactores deberían tener un mayor peso en la revisión de las informaciones que se van a publicar en los medios, con ello se podrían reducir al máximo los casos como el de Stephen Glass. Se podría incluso crear un área concreta de repaso y revisión exhaustiva de la información.  La autorregulación es fundamental en el periodismo, dado que son los propios periodistas los que deben predicar con el ejemplo y aportar la mayor ética y moral posible.

–       Por último, es evidente que el periodismo digital está en constante evolución y avance. Existe en las mentes de los lectores la sensación de que las informaciones que aparecen en la red son menos veraces, menos serias, peores en definitiva. Craso error, el periodismo digital es tan digno y positivo como el tradicional. Es cierto que la inmediatez provoca en ocasiones que las noticias no sean contratadas como es debido, pero el periodista de calidad puede estar en cualquier medio. Hay que empezar a tomarse Internet como un medio de comunicación más.

Es muy destacable también la colaboración que mostraron New Republic y  la edición digital de Forbes, como el jefe de éste primero accede a incluso facilitarle información al segundo. Una muestra de lo necesario que es que el print y el online cabalguen juntos hacia la buena práctica del periodismo. Todavía es más meritoria dicha colaboración si se tiene en cuenta de que se trata de dos medios de comunicación  totalmente diferentes. Los periodistas, independientemente de donde trabajen tienen que trabajar por realizar una información veraz y de calidad, y si en ocasiones se tienen que ayudar, no tiene porque haber problemas.

 

Está claro que rigor, verificación y buen periodismo no tienen porque ser sinónimo de medios tradicionales, ni tampoco de medios más modernos. La calidad periodística la realiza el buen periodista, trabaje en el medio que trabaje. Un periodista que trabaje bien las fuentes, que sea riguroso y veraz con la información que publique, y que tenga pasión por lo que realiza será un buen periodista,  trabaje para un periódico, una televisión o una página web. Es importante que no se asocie el buen y mal periodismo al tradicional  ni al online. El periodismo es de los periodistas, y será el trabajo de este el que determine la calidad de la información. En otras palabras, podemos encontrarnos con un estafador como Stephen Glass en un periódico, radio, Internet, etc,  de la misma forma que podemos ver un gran periodista en cualquier medio de comunicación.

 

Al fin y al cabo, “El precio de la verdad” nos muestra la importancia que tiene la ética en el sector periodística. No todo vale por vender y por popularidad. El periodismo es mucho más que eso.

 

 

Montagut ilumina al periodismo

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FICHA DEL LIBRO

Título: Newpaper. Cómo la revolución digital transforma la prensa.

Autor: Albert Montagut.

Fecha de edición: Noviembre de 2012.

Número de páginas: 432.

Editorial:  DEUSTO S.A. DECISIONES

A finales de 2012 la sociedad sigue sumergida en una crisis de la que aún nadie sabe cuando lograremos salir. Son malos tiempos para la gran mayoría de sectores pero, entre todos ellos, uno de los que más se ha visto dañado es el nuestro, el periodismo, al que muchos consideran herido de muerte. No sólo por la dichosa crisis, sino porque antes de ésta ya se comenzaba a vislumbrar con la aparición de la red de redes, internet, un cambio difícil pero obligado en las entrañas del periodismo.

En medio de toda esta vorágine en la que se hace indispensable entender cómo hemos llegado a esta situación, aparece Albert Montagut con su libro Newpaper. Cómo la revolución digital transformó la prensa. El periodista catalán, desde su perspectiva más personal y acompañado de las opiniones de periodistas de reconocido prestigio, explica cómo ha cambiado el modelo de negocio de la profesión con la llegada de internet y la mudanza de los medios al formato digital.

Montagut, que goza de una dilatada experiencia en medios como El País, El Mundo y ADN entre otros,  nos muestra cómo ha vivido en primera persona, tanto en España como en sus numerosos viajes, la decadencia del periodismo impreso. Ésta comenzó a fraguarse a mediados de los 90 con la llegada del mundo web a España, alcanzando su cúspide a finales de la siguiente década, cuando las ediciones online empezaron a superar a sus ediciones print.

Que conozcamos cómo funcionaban las redacciones de la época ante el inminente cambio es una de las principales aspiraciones del libro. En todo este tiempo, gran parte de los directores y editores de periódicos no quisieron ver el futuro tan pesimista que le aguardaba al medio del papel y la tinta en el que seguían centrando todos sus esfuerzos. En palabras de Mario Tascón: “La relación print-online no existía en 1995. La web era un juguete y un capricho moderno”. Montagut rescata una frase muy común en las redacciones de los diarios durante años y años y que refleja la realidad por aquel entonces de la relación print-online “El que vale vale, y el que no, al digital”.

Uno de los dilemas que se abarcan con más profundidad es el que tenían los directores de los periódicos sobre la convergencia entre el print y el online. El motivo es lógico, ya que el único beneficio de la web era el dinero que pagaban los anunciantes, mientras que los periódicos, además de lo que ingresaban por publicad, tenían su coste diario para sus compradores y suscriptores. Pero como muestra Montagut, esto no siempre iba a ser así, y los medios tendrían que adaptarse a los nuevos tiempos. El director de El País, Juan Luis Cebrián puso sus periódico de pago por un tiempo “En 2002 cerré nuestra web y creo que fue una decisión correcta. La apuesta de volverla a abrir la considero incorrecta”.

El autor recuerda los atentados terroristas de Al Qaeda para mostrarnos cómo los medios vivieron de sobremanera los cambios de soporte. Se vivieron jornadas de minuto a minuto en el que las ediciones online desmembraban todo lo que iba sucediendo a un ritmo vertiginoso, nunca visto hasta entonces en la red. Como nos cuenta Montagut, “para las webs españolas, el 11-S representaría un antes y un después. Todos los diarios intentaron dar el máximo de información minuto a minuto sin preocuparse de que aquellos datos iban a configurar las ediciones impresas del día siguiente”. Se valoró más que nunca el online, pero sin coordinación.

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El libro nos clarifica que hay que reciclarse en el periodismo, seguir con los valores que tantos éxitos han dado en el pasado, cuidando el buen reporterismo, las fuentes y la exclusividad de nuestras informaciones pero adaptándonos al mundo digital. Hay que huir de la masificación de información, de hacer lo mismo que la competencia. Sobre la dificultad de este asunto habla en el libro Alfonso Rojo, que opina que en la actualidad el flujo informativo va por delante del periodista y explica que “hoy no hay escasez de información, hay información masificada y es muy difícil hacer productos diferenciados”.

Una de las figuras que merece la pena rescatar por la importancia que se le da en el libro es la del bloggero. Se trata de personas que siendo periodistas o no, cuelgan sus informaciones en los blogs, de forma gratuita en la mayoría de los casos, buscando un status en la red. The Huffington Post es un medio nativo online que utiliza a los bloggeros en su web. Algunos periodistas los miran con recelo, al considerar que se corre el peligro de crear un periodismo de bloggeros en el que no se cuide la veracidad de las informaciones por no estar bajo la tutela de una gran cabecera.

Pero si hay algo, y con esto concluyo, que nos descubre el comienzo de una nueva era periodística, es la tecnología, transformada hoy en hardwares como tablets, iPads y smartphones que son los soportes en los que los clientes consumirán los medios de comunicación del futuro (muchos ya lo hacen) y en las redes sociales como Facebook y Twitter que la mayoría de periodistas ya usan para interaccionar con los lectores. Cualquier periodista de calidad debe conjugar los valores del periodismo de toda la vida, con la nueva luz tecnológica que ilumina la nueva era del periodismo.

Titulares:

Hay que adaptar los valores del periodismo de siempre en el digital

Para salvar el papel, hay que optimizar. Calidad con al máximo ahorro

La tecnología obliga al periodismo a reciclarse constantemente

El pago por la información de los medios digitales es necesario para el futuro

Las aplicaciones de los nuevos soportes jugarán un papel fundamental en los medios

El periodismo nacional lejos del ciudadano

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Para muchos habitantes de pueblos o pequeñas ciudades es mucho más importante estar al tanto de lo que sucede a su alrededor, que de las últimas noticias a nivel nacional. Por eso es tan importante la labor de los diarios locales como la de los nacionales. Pero hay que saber diferenciar, como hace Daniel Akst en su artículo del Washington Post, Escribir local: Cómo los periódicos pequeños están sobreviviendo. Y es que muchos diarios que dicen ser locales, únicamente copian la poca información que aparece en los provinciales o en las agencias, e incluso la noticia de portada es de ámbito nacional. Menos mal que también los hay de información realmente local o provincial, aunque muchos de ellos dependan del gobierno de turno en los Ayuntamiento. En resumen, en muchas localidades solos nos quedan los pequeños gratuitos de pocas páginas que solo informan de la agenda cultural, del resumen de las pasadas fiestas y de los últimos actos del alcalde y sus concejales. A continuación veremos esta realidad comparando los casos de un diario provincial como el Diario Información y una referencia a nivel estatal como El País.

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Redacción de El País

El País:

El país: la mayoría de noticias pertenecen a la sección de sociedad. La gran cantidad de noticias locales de este periódico son sucesos.

Cabe destacar también que el país suele ubicar muy pocas noticias locales en la home, por lo que priman siempre los temas de tratamiento o bien nacional o bien internacional.

En cuanto a la extensión de textos se refiere, la extensión de las noticias locales no difieren en la del resto de noticias que aparecen en el periódico.

Cabe destacar también que en muchos casos la información local se trata a través de reportajes en lugar de noticias. Casi siempre se trata de reportajes humanos o de sociedad.

Diario Información:

Alicante tiene entre 15-20 Noticias.

Elche tiene entre 15-20 Noticias.

Vega Baja tiene entre 15-20 Noticias.

Benidorm/Marina Baixa tiene entre 10-15 Noticias.

Alcoy/Comtat/Foia tiene entre 1-5 Noticias.

Elda/Vinalopó tiene entre 1-5 Noticias.

L’Alacantí tiene entre 5-10 Noticias.

Baix Vinalopó tiene entre 5-10 Noticias.

Marina Alta tiene entre 5-10 Noticias.

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Logotipo de la web del Diario Información

 

En algunos casos ocurre que la noticia en portada te la marcan como Economía u Ocio (por poner un ejemplo) y en realidad la noticia, pese a ser de dicho género, habla de un caso puramente provincial.

La publicidad en la gran mayoría de los casos es sobre empresas de la provincia.

En las secciones locales se suelen repetir noticias días seguidos cuando no hay muchas novedades.

 

Conclusiones:

La comparativa entre los diarios El País e Información da un saldo tremendamente superior en cuanto a la cantidad de noticias locales que incluyen en sus cabeceras, tanto en la red como en formato papel.

Mientras Información trabaja con redactores en cada una de las áreas en las que se encuentra, El País suele recurrir a agencias de noticias para cubrir las noticias que suelen responder a grandes importantes o llamativos acontecimientos.

Es decir, Información trata realmente lo local, sus periodistas están familiarizados con su área de trabajo y con las fuentes que pueden y deben manejar. Cualquier hecho es susceptible de convertirse en noticia en este medio, porque presta especial atención por las noticias cercanas y sus secciones provinciales o comarcales ocupan mucho espacio tanto en la web como en el papel.

En cambio, en El País, el número de las noticias locales es bastante limitado y busca siempre hechos que trasciendan, a ser posible, de lo comarcal, lo que limita la presencia de noticias en sus páginas. Además, como ya se ha comentado previamente, el diario generalista suele acudir a noticias de agencias para cubrir estas áreas, renunciando una vez más a la cercanía de los redactores.

Por supuesto, las noticias locales, ocupan en el Diario Información las primeras páginas en la medida en la que estás son suficientemente atractivas para aparecer en ellas. Desde hace bastante tiempo el periódico alicantino apuesta por llevar en portada asuntos que traten sobre los temas más cercanos para sus lectores. Prueba de ello es la existencia de diferentes ediciones, que abarcan los feudos más importantes para el medio alicantino.

En este sentido, mientras El País tiene una única redacción para la Comunidad Valenciana, con sede en Valencia, el Diario Información tiene repartidas en la provincia de Alicante seis redacciones en las que trabajan cerca de 90 periodistas. Como muestra de ello, solo en la provincia de Alicante, la cabecera alicantina tiene una tirada que ronda los 25.000 ejemplares según la OJD.

Si extraemos datos cuantitativos acerca del análisis realizado a los dos medios en cuanto a la cantidad de noticias redactadas por agencias y periodistas, podemos señalar que El País, tiene un porcentaje de noticias propias cercano al 60%. El porcentaje es mayor si las noticias proceden directamente de las ciudades donde el gigante de Prisa tiene redacciones.

Por su parte,  el Diario Información hace uso de toda su plantilla para llegar a más lugares en la provincia de Alicante y el 90% de sus escritos llevan la firma de sus redactores.

Cabe decir que hasta el momento, y al contrario que El País, la cabecera alicantina ha mantenido a sus trabajadores hasta la fecha, aunque los rumores de un posible Ere son cada vez más habituales. Esto puede ser un indicativo de la solvencia de los pequeños medios y el tratamiento de las noticias locales en beneficio de las publicaciones y sus empleados.

Periodismo y supervivencia

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FICHA DEL LIBRO

Título: Newpaper. Cómo la revolución digital transforma la prensa.

Autor: Albert Montagut.

Fecha de edición: Noviembre de 2012.

Número de páginas: 432.

Editorial:  DEUSTO S.A. DECISIONES

La lectura de este libro me ha permitido conocer del todo a uno de los grandes responsables del periodismo online en España, Albert Montagut. Durante las páginas de lo que mas bien podría llamarse un diario personal, o un constante viaje en el tiempo por las diferentes etapas que ha experimentado la hoy consolidada revolución digital en la prensa.

En Newpaper, Montagut nos descubre como fueron sus primeros contactos con el mundo online y como éste, poco a poco fue ganando un hueco en su larga carrera profesional. El periodista catalán también compara y analiza los conceptos print (medios impresos) y online (medios digitales), demostrando que con el paso del tiempo pueden llegar a convivir en la misma redacción, pero que también pueden funcionar si se trabajan por separado.

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Albert Montagut, entre el print y el online

La historia comienza alrededor de 1995, con la llegada a España de las primeras ediciones digitales (Avui, fue el pionero con la primera edición online, en formato pdf). Es a partir de ahí cuando se inicia un largo camino, pero a una velocidad de vértigo, que ha llevado al universo online a donde se encuentra en nuestros días. Unos días dominados por las tablets, los ipads (Montagut se declara incondicional de todo lo relacionado con el mundo Apple), los smarthphones, que han consolidado por completo el periodismo digital y están desplazando al tradicional.

Durante toda la trayectoria de Montagut, me llamó mucho la atención que ha formado parte de muchas de las grande plantillas de los diarios españoles (El País, El Periódico, El Mundo…), e incluso fundo un periódico, el ya extinguido ADN. En todos estos escenarios periodísticos, Montagut siempre mantuvo sus ideales y siempre confío en la evolución de mundo online en sus inicios, y ahora confía en la supervivencia del mundo print.

De las partes que más destacó de este libro, son las experiencias que cuenta Montagut de cómo transcurrieron en su vidas fechas muy destacadas en la historia periodística. Fechas como los atentados del 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York, los del 11 de Marzo de 2004 en Madrid, o los diferentes cambios de gobierno en España. También nos cuenta como sobrevivieron, o sobreviven a la actual crisis económica, que se ya llevado por delante cantidad de medios (tanto print, como online), incluido ADN.

La lectura de este relato periodístico, sobre todo después del último capítulo titulado Y ahora ¿que?, me lleva a pensar qué ocurrirá ahora. Yo pienso que se puede mantener esta convivencia entre medios print y online, pero que cada vez serán menos los medios en papel que sobrevivan. Eso si, los que se mantienen lo hacen porque son auténticos referentes, e incluso incrementan sus ventas.

No es ningún secreto que la imagen actual del periodismo esta algo debilitada y que su calidad ha disminuido. Podemos buscar los causantes en la crisis económica o en la necesidad de los medios de ser los primeros en todo y obtener beneficios como sea. Pero lo que es cierto es que uno de los problemas es que existen pocas diferencias en el tratamiento de la información y en la búsqueda de noticias. Una buena formula que podría garantizar la supervivencia de los medios print, es que se reinventen, que investiguen nuevas formulas para atraer al lector. Por último, también hay que acabar con esa disputa ficticia entre print y online, y verlos no como medios opuestos de entre los que solo pueda quedar uno, sino como complementarios y necesitados el uno del otro.

 

No hay escasez de información, hay información masificada y es muy difícil hacer productos diferenciados. Alfonso Rojo, Director de Periodista Digital

¿Qué puede aportar un periodista print al mundo online? Doscientos años de experiencia periodística. Arcadi Espada, periodista.

“Se ha optado por publicar cuanto antes y rectificar después. Francisco Marhuenda, Director de La Razón.

Todo buen periodista tiene un proceso de adaptación a cualquier tecnología muy rápido y eso se aprende solo. Pedro J. Ramírez, Director de El Mundo

“Los periódicos que logren mantenerse vivos serán mucho mejores”. Albert Montagut.