Ramón Lobo y la vuelta a la realidad

PRVOL_LOBO_141212_RAFAELBALLESTER

Imagen

Las aulas de la Universidad Miguel Hernández recibieron, el pasado día 23 de noviembre, al periodista Ramón Lobo. No era la primera vez que el «veterano» redactor acudía a las aulas ilicitanas del campus de Elche, pero sí que era una visita desde una nueva posición laboral, la del desempleado.

Hacía tan solo unos días que EL PAÍS, periódico en el que estuvo trabajando durante los últimos veinte años, decidía prescindir de sus servicios y con él, 128 compañeros más.

Era sin duda una oportunidad única para escuchar de primera mano las experiencia de un periodista de tantos quilates al que se le plantea, a pesar de su indiscutible currículum, un nuevo panorama laboral.

El periodista nacido en Venezuela tuvo momentos para hablar de su despido, de la situación tan dramática que se vivió en el periódico durante los días previos a la ejecución del ERE, su opinión sobre el proceso y el sueldo de los altos mandatarios. Pero Ramón Lobo no quiso hacer demasiada sangre con el que hasta hace escasas fechas había sido su periódico.

En su coloquio con los alumnos de periodismo, Lobo de 57 años, estuvo acompañado por Juan Ramón Gil, director del Diario Información, quien también permanecía absorto en los relatos del veterano redactor.

El ya ex firma de EL PAÍS quiso aprovechar su presencia en un aula universitaria para transmitir esperanza en la profesión de periodista abogando siempre por perseguir la realidad y abandonar las mesas de redacción para acudir al lugar de la noticia.

Según palabras del propio Ramón Lobo: «El periodismo es una profesión preciosa que te permite conocer la realidad». Con su innegable capacidad para contar historias, el reportero de guerra enarboló la bandera del periodismo advirtiendo que se trata de un «maratón» que a pesar de la situación que vive tiene todavía o quizá más que nunca, muchas historias que contar y nuevas oportunidades para los redactores que busquen más allá de los gabinetes de prensa, porque para Lobo: «La realidad siempre es mucho más potente que la imaginación».

Imagen